MODERADORA: Escuchemos el mensaje que la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: Muchas gracias. Muy buenos días a todas, a todos.
Muchas felicidades a todas y todos los maestros de México.
Esta mañana, cuando pensaba qué iba a comentarles, recordé a mis maestras y mis maestros de primaria.
Y pienso que normalmente uno agradece a su madre, a su padre, la oportunidad que nos dio y los valores que nos inculcaron, pero, en realidad, somos quienes somos gracias a las maestras y a los maestros de México.
#Nacionales.- No solo nos enseñan a leer, a escribir, a multiplicar, a dividir, quebrados, la historia de México, la literatura, sino que construyen valores en las personas; y eso sí lo hace la familia, pero si lo pensamos, las niñas y los niños, a veces pasan mucho más tiempo con sus maestras y maestros que, incluso, con madres y sus padres.
Así que, el día de hoy el mayor homenaje, reconocimiento, agradecimiento y felicitación a las y los maestros de México. Muchas, muchas felicidades.
Durante todo el periodo neoliberal —hay que decirlo porque, si no, se olvida— ese que ocurrió de 1982 al 2018, el objetivo, entre otros, fue desaparecer las instituciones públicas en esa idea de que “lo privado siempre era mejor que lo público”.
Y entonces se desmantelaron todo lo que pudieron desmantelar: las empresas públicas, la salud pública, e intentaron e intentaron afectar a la educación pública, a esta gran institución que llamamos Secretaría de Educación Pública, fundada por Vasconcelos; pero que más allá del nombre de Secretaría, son los más de un millón de maestros y maestras de esta generación y, si lo pensamos, de generaciones anteriores y de las generaciones que vienen; desmantelar la escuela pública.
Lo peor fue en 2013, cuando vino la mal llamada “Reforma Educativa”, que el objetivo central era supuestamente hacer una “educación de excelencia”, que quién sabe qué quiera decir eso; pero en el fondo era afectar a la educación pública.
Y construyeron un discurso, una narrativa, que quizá es lo peor de aquel periodo, en contra de las maestras y los maestros de México.
Decían que “la educación pública era malísima”. Falso, la educación pública —lo he sostenido y lo sostengo— es la mejor de todas las educaciones, y eso es gracias al magisterio nacional.
Y en esta cantaleta de que “la educación pública era muy mala”, a quienes responsabilizaban supuestamente era a las maestras y a los maestros. Pero eso nunca pasó en la sociedad, pasó en sus discursos, hasta películas hicieron, justificaron represiones, pero eso nunca permeó en la sociedad, porque las familias mexicanas, aquellas que llevan sus hijos a la escuela pública, tienen el mayor reconocimiento a las maestras y a los maestros.
Cuando llega la Transformación con el Presidente López Obrador cambió por completo el país, se recuperó el reconocimiento a lo público.
¿Qué quiere decir eso? El reconocimiento a los derechos del pueblo de México.
Porque antes, la educación se quiso convertir en una mercancía o en un privilegio. “Mercancía” porque había que pagar por la educación, particularmente la media superior y la superior. Las escuelas públicas, las universidades públicas, comenzaron a aumentar sus cuotas, convirtiendo en un privilegio, porque hay familias que no pueden pagar esa cuota.
Y mi compromiso al final del sexenio es que las universidades y los institutos de educación pública sean gratuitos, y lo vamos a ir haciendo paulatinamente.
Esta idea de que la educación es un privilegio o una mercancía, y que solo así se valora porque “solo lo que cuesta se valora”, ese era el discurso, pues cambió y ahora, reconocemos a la educación, al acceso a la salud, a los Programas de Bienestar, a la vivienda, como derechos del pueblo de México, que es la esencia de la Constitución de 1917, el derecho a la educación.
Y el derecho a la educación no puede existir si no es reconociendo a las maestras y los maestros de México, y eso fue lo que ocurrió con la Cuarta Transformación: se echó para atrás todo lo punitivo de la Reforma Educativa, se basificaron casi a un millón de maestros y un aumento salarial paulatino, que fue recuperando lo perdido durante tantos años.
Esa es la esencia de la Transformación que vivimos, y esa no podría ocurrir sin las maestras y los maestros.
Por eso, recojo esta consigna que escuché durante toda mi campaña: “Sin educación no hay Transformación”, o dicho de otra manera “Hay Transformación con la educación”.
Pepe Mujica, que acaba de fallecer, este presidente uruguayo que dejó tanta sabiduría en muchos sentidos, en uno de sus discursos dijo: “Lo que hay que hacer es educación, educación, educación, y más educación para la transformación”.
Y ese es nuestro objetivo, ir construyendo, fortaleciendo la educación pública.
Que está bien que exista la educación particular, la educación privada, nadie dice que no, pero la obligación del gobierno es apoyar a las y los maestros para que la educación pública siga siendo la mejor de todas las educaciones en todos los niveles educativos, desde la inicial hasta el posgrado. Y ese es uno de los grandes objetivos de lo que llamamos “el Segundo Piso de la Cuarta Transformación”.
Así que nunca más, el que alguien calumnie a una maestra o a un maestro.
Las maestras y los maestros de México es lo mejor que tiene nuestro país y nuestro mayor reconocimiento siempre.
Sé que están esperando qué voy a decir, todos los maestros de México están: “A ver qué va a decir la Presidenta de los apoyos que van a venir”, que normalmente se anuncian el 15 de mayo, Día de las Maestras y los Maestros.
Créannos que hemos estado haciendo un gran esfuerzo para poder dar los anuncio que voy a dar el día de hoy:
Lo primero es decirles lo que ya habíamos planteado. Primero, estamos totalmente de acuerdo en la injusticia que se cometió con la reforma a la Ley del ISSSTE del 2007, esta forma de pensión que se convirtió en retiro y que le quitó muchos derechos a todos los trabajadores del Estado, fue en contra de las y los trabajadores.
Y quisiéramos nosotros hacer mucho más, pero a veces el presupuesto no alcanza.
Entonces, lo que yo planteé hace algunos… Un mes más o menos, es que, para todos aquellos que están en el décimo transitorio, íbamos a congelar la edad de jubilación.
Y lo que yo planteo hoy, es que no solamente es eso, sino que nos sentemos, no es sencillo disminuir progresivamente la edad, pero sí es nuestro objetivo. Entonces, que nos sentemos para que podamos encontrar una mejor manera para las maestras y los maestros, que vayamos poco a poco disminuyendo progresivamente esa injusticia que se cometió de que cada vez son más años para la jubilación; y, por lo pronto, es el congelamiento y sentarnos a seguir trabajando.
Lo segundo que también planteé y que ya hay un Decreto en torno a eso, que fue una mala interpretación que se hizo a una reforma a la Ley del ISSSTE que planteamos, pero ya lo quitamos para que no haya ninguna mala interpretación, es los créditos a la vivienda.
Los trabajadores del Estado, y particularmente las y los maestros, que pidieron créditos al FOVISSSTE han llegado a pagar el doble de lo que solicitaron y siguen pagando, y todavía no tienen las escrituras. Entonces, ya firmé un Decreto, porque en la mayoría de los casos no solo va a haber congelamiento, sino disminución, quitas, a todos los créditos que se dieron del FOVISSSTE.
Y nuestro objetivo es que ya no solo se dé el crédito, sino que el FOVISSSTE construya viviendas. Porque el derecho no es el derecho a tener un crédito de vivienda, sino el tener una vivienda.
Entonces, a partir de ahora, no solamente el Infonavit ya no solo da créditos, sino recupera su construcción de vivienda, sino que el FOVISSSTE también va a construir vivienda para que las maestras y los maestros tengan acceso al derecho a la vivienda.
Ahora, el aumento salarial. El planteamiento es el siguiente:
En este momento, retroactivo al 1º de enero, vamos a dar 9 por ciento de aumento salarial, global, con un adicional: a partir de septiembre, 1 por ciento más como reconocimiento a las maestras y a los maestros. De verdad, que ojalá pudiéramos dar más. Significa un presupuesto anual adicional de 36 mil millones de pesos, este aumento que estamos dando.
Segundo. Este es… No es petición de los sindicatos, es un asunto que siempre lo he pensado: las maestras y los maestros casi no tienen vacaciones porque cambió el calendario escolar, y normalmente acaban las clases y todavía se quedan, y antes de que inicie el calendario escolar entran antes.
Entonces, le sugerí al secretario de Educación Pública, y le pareció bien, y además hicimos un análisis de los calendarios escolares en todas partes del mundo.
Entonces, les estamos dando una semana más de vacaciones a las maestras y a los maestros como parte de su trabajo, porque además —no me dejarán mentir— la última semana de clases con las niñas y los niños, ya se acabó toda la currícula escolar y ya no sabemos ni cómo llenar la última semana, entonces es bueno también para las niñas y los niños que estén con la familia. Entonces, este es un adicional que estamos presentando.
La otra es que yo me comprometí a que iba a desaparecer la USICAMM o el USICAMM, como le quieran llamar, y mi compromiso existe.
¿Por qué lo sustituimos?
Yo no quiero que volvamos una situación donde sea la SEP quien presenta una propuesta. Queremos que venga de las maestras y los maestros, por eso el planteamiento es que vayamos a las escuelas, para que en las escuelas se decida qué es lo que debe… bueno, por qué lo sustituimos. Y lo que decidan las maestras y los maestros, eso va a ser, porque nosotros no vamos a imponer nada; creemos en las maestras y en los maestros para lo que significa la promoción.
Sin embargo, durante todo el periodo de campaña, cada vez que llegaba a una asamblea, había muchas maestras y maestros, y me decían: “Que desaparezca el USICAMM”.
Y les preguntaba: “¿qué es lo que más les afecta?” Y uno de los elementos que más afecta es la movilidad, estas restricciones que se pusieron a la movilidad.
Entonces, le he pedido a Mario: vamos a firmar un Decreto para que cambie por completo el proceso de movilidad de las maestras y los maestros en lo que decidimos, juntas y juntos, qué va a sustituir.
Esta es la propuesta:
Todos los cambios de centros de trabajo se realizarán de manera presencial y por nivel educativo para garantizar que exista transparencia.
Además, el único elemento que se tomará en cuenta es la antigüedad en el servicio, con lo cual, se reconocerá el tiempo y dedicación de nuestras maestras y maestros a la educación pública de México. Es un acto de justicia, quien tiene más años de servicio es quien tiene más derecho.
Y, además, lo que queremos es que estén cerca de sus familias, que no tengan una hora por aquí y luego otra hora por allá; que quieran hacer su cambio y que no haya posibilidades que porque no han pasado “quién sabe qué” y “quién sabe qué otra cosa”.
Entonces, lo que queremos es que las maestras y los maestros estén cerca de sus familias, y vamos a hacer todo para que esto sea así, a través de estas reglas que vamos a decidir en conjunto. Entonces, el cambio completo en la movilidad.
Y otros temas que vamos a seguir trabajando.
Este es esencialmente la propuesta que les hago el día de hoy.
El objetivo, desde mi punto de vista:
Que, si va a haber evaluación —este es mi punto de vista—, tiene que ser entre pares. Esta idea de que unos sabios que están quién sabe en dónde van a evaluar a las maestras y los maestros es completamente equivocada, es esta idea de “la excelencia educativa” en donde otras personas evalúan el trabajo de las maestras y los maestros, quién mejor que ustedes, sabe.
Yo fui maestra universitaria ―lo dije hoy en “La mañanera”― muchísimos años, di clases de termodinámica en la Facultad de Ingeniería de la UNAM; y después, de energía y desarrollo sustentable en el Posgrado de Ingeniería, muchísimos años, como 20 años. Inicié como ayudante de profesor en la H. H. Facultad de Ciencias de la UNAM, de donde provengo, yo estudié física.
Y en las universidades quien evalúa son los pares, elegidos por los propios maestros y maestras. Es una posibilidad, entre muchas, no digo que… Lo que digo es lo que ha sido mi experiencia como profesora; pero lo que queremos es que sean ustedes.
Y también, la Nueva Escuela Mexicana: Si tenemos que fortalecerla es con ustedes, con nadie más que con ustedes. Si alguien conoce cómo enseñar a leer y a escribir, son las maestras y los maestros. Si alguien sabe cómo construir la colaboración entre las niñas y los niños, son las maestras y los maestros de México.
Así que el día de hoy, 15 de mayo, mi mayor reconocimiento.
Para mí, la educación pública me llega muy hondo, no solo porque desde la preparatoria estudié en la educación pública, sino porque, desde que tengo 15 años, desde que entré al CCH Sur, la lucha en los movimientos sociales, lo que me marcó a mí y a mi generación fue la construcción y el fortalecimiento de la educación pública.
Cuando quisieron aumentar las cuotas en la Universidad Nacional Autónoma de México, nos movilizamos los estudiantes, nos movilizamos los estudiantes para evitar que se privatizara a la Universidad Nacional Autónoma de México, y lo logramos. Y en aquella época el discurso que privó por muchísimos años fue que “era más barato comprar una cajetilla de cigarros —decían entonces— que estudiar”.
Y entonces, se hizo un diálogo público y las y los estudiantes teníamos un argumento: la educación es un derecho y ese está establecido en el 3º constitucional, gracias a la lucha del pueblo de México. Y eso es esencia de la Cuarta Transformación de la Vida Pública de México.
Gracias a todas y a todos los maestros.
¡Que viva el magisterio nacional!
ASISTENTES: ¡Viva!
PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que vivan las y los maestros de México!
ASISTENTES: ¡Vivan!
PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva la educación pública!
ASISTENTES: ¡Viva!
PRESIDENTA DE MÉXICO, CLAUDIA SHEINBAUM PARDO: ¡Que viva México!
ASISTENTES: ¡Viva!
MODERADORA: Preside esta ceremonia conmemorativa al Día de la Maestra y el Maestro la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
La acompañan:
La maestra Marisela Corona Sánchez, del estado de Hidalgo.
Maestro Alberto Duarte Vargas, del estado de Sonora.
Maestro Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública.
Licenciada Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Gobernación.
Doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
Y maestro Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
También contamos con la presencia de maestras y maestros integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, funcionarias, funcionarios y a quienes nos siguen por internet a través de las redes sociales.
A todas y todos, reciban la más cordial bienvenida.
A continuación, hará uso de la palabra el maestro Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública.
SECRETARIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA, MARIO DELGADO CARRILLO: Muy buenos días a todas y a todos. Bienvenidos, bienvenidas.
Es un gran gusto, un gran honor tener a la Presidenta de México, la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, aquí en este edificio histórico de la Secretaría de Educación Pública.
Muchas gracias, Doctora, por estar aquí con nosotros.
Bienvenida la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. Muchas gracias, secretaria, esta es su Secretaría, bienvenida.
Nuestra compañera en esta batalla por la educación, la doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
Al maestro y senador Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Muchas gracias, maestro, por todo el apoyo de las y los maestros.
Y muy contento de compartir la mesa con la maestra Marisela Corona Sánchez, del estado de Hidalgo, y el maestro Alberto Duarte Vargas, del estado de Sonora, que van a recibir un merecido reconocimiento con la medalla “Ignacio Manuel Altamirano”.
Le doy la bienvenida también a Leti Ramírez, exsecretaria de Educación. Leti, esta siempre va a ser tu casa. Bienvenida.
Uno de los eventos que marcaron mi infancia fue cuando mi abuelo, el profesor Miguel Carrillo, recibió la medalla “Ignacio Manuel Altamirano”. Fue un gran evento en la familia, mi mamá nos compró ropa nueva, a mí y a mis hermanos, y fuimos al auditorio de la Casa de la Cultura de Colima, y mi abuelo recibió ahí la medalla que hoy le entregaremos a muchos maestros y maestras del país.
Felicidades para todas y todos.
La Cuarta Transformación, este pulso que recorre el país, es fruto de una siembra honda y firme, una Revolución de las Conciencias que inició de manera lenta hace décadas, gracias a las maestras y maestros, que mientras enseñaban a leer, sembraban dignidad.
En 2018, este largo camino de construcción de conciencia social emergió de manera trepidante y el pueblo de México decidió manifestarse en una gran revolución pacífica en las urnas.
Freire decía que “alfabetizar no se limita a enseñar a leer y escribir palabras, implica un proceso de lectura del mundo que lleva a la concientización y a la transformación social”.
En este sentido, la maestra Rosario Castellanos afirmaba que “la palabra es el primer paso hacia la libertad”.
Cuando en el aula, las maestras y los maestros, despiertan la curiosidad de las niñas y niños, cuando logran que comprendan sus realidades y su mundo, es entonces cuando se desquebraja el mito de que la realidad es una y para siempre. Las maestras y los maestros, mientras hablan de historia, de español y ciencias, encienden preguntas y pensamientos que provocan que las realidades se transformen con la organización comunitaria.
El magisterio ha sido por décadas el reservorio más profundo de la conciencia nacional.
Decía Jaime Torres Bodet que “las y los maestros son quienes tienden ser puente ingrávido entre el pasado y el futuro de una nación”.
Hoy decimos que vivimos una Transformación, pero esta germinó en la pedagogía del compromiso, en las escuelas de tierra y de viento. El pueblo se organiza y hoy está despierto por generaciones de docentes; hoy tenemos un proyecto de país que avanzará en la medida que el magisterio lo convierte en esperanza cotidiana en las aulas.
En cada lucha importante por la democracia, en cada una de las Transformaciones, el magisterio ha estado presente:
En la Independencia su voz fue la campana de rebeldía, de la conciencia criolla que despertó al pueblo del letargo colonial, sembraron en cada pupitre la semilla de la autonomía, cultivando el anhelo de un sol propio. Miguel Hidalgo y José María Morelos fundaron el Colegio de San Nicolás, semilla primigenia de la universidad michoacana de San Nicolás de Hidalgo, su coraje fue el primer grito, su enseñanza la cartilla de una nación por nacer.
En la Reforma, la segunda Transformación, las maestras y los maestros, desmantelaron con la tiza y el libro los muros del oscurantismo. Su aula fue trinchera contra el dogma; su palabra, cincel de consciencias libres, cimentando en cada lección la república de las ideas, aún bajo el costo de la tortura o la muerte, por parte de los conservadores.
En la Revolución, las maestras y maestros rurales fueron candiles en la noche de la injusticia; alfabetizaron la esperanza en el corazón del pueblo de México, despertaron la sed de justicia en cada campesino; les enseñaron a leer, a escribir, a comprender el mundo y su realidad, sembrando la rebeldía contra el latifundio, lucharon por un México donde la letra y la tierra fueran patrimonio de todas y de todos.
En la consolidación del Estado posrevolucionario, las maestras nuevamente fueron pilares del cambio social y cultural que unificaron al país bajo una identidad nacional:
En 1958, sentaron el precedente de la lucha por sus derechos y por la democratización sindical en México. Recordamos aquí al maestro Othón Salazar y el movimiento revolucionario del magisterio.
En 1968, fueron bastiones de resistencia contra el autoritarismo y la represión del infame gobierno de Díaz Ordaz.
En 1988, fueron columna en la conformación del Frente Democrático Nacional, que uniría a las izquierdas de nuestro país.
En 1994, el magisterio estuvo en primera línea, apoyando al movimiento de justicia, igualdad y dignidad zapatista.
En el 2006, participaron con firmeza en las protestas por el fraude electoral, se sumaron al plantón de Reforma y a la exigencia del recuento de voto por voto.
En 2013, fueron la consciencia más preclara, en contra de la mal llamada “Reforma Educativa”.
En 2014, fueron las voces primeras y más firmas, tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Y en 2018, no dudaron en movilizarse en apoyo electoral que ha fundado a la Cuarta Transformación.
Y en 2024, millones de maestras y maestros, y de mexicanos y mexicanas, salieron a las urnas para que México, en 200 años de República, tenga la primera mujer Presidenta, maestra, científica y defensora de la educación pública.
Pero ser maestro o maestra en México nunca fue una labor neutral, fue y sigue siendo un acto de amor y de rebelión, amar lo que el sistema conservador despreció: al pueblo, a su lengua, su historia, su imaginación; rebelarse contra lo que excluye, uniforma e impone.
Desde José Vasconcelos y las misiones culturales, hasta las maestras bilingües que salvaron las lenguas originarias del exterminio cultural; desde Ignacio Manuel Altamirano, el poeta y maestro de Tixtla, que fue defensor de la educación laica, gratuita y obligatoria, fundando el Liceo de Puebla y la Escuela Normal de Profesores de México, hasta las generaciones de Rafael Ramírez y José Santos Valdés, que cruzaban cerros para dar clases y que construyeron el pensamiento más luminoso de la educación rural de México.
Las maestras y maestros también gestionaron proyectos comunitarios, promovieron la cultura, defendieron tierras y sirvieron de vínculo esencial entre el gobierno y las comunidades.
En las ciudades se convirtieron en líderes barriales, articulando educación, arte y cultura, para transformar la vida de sus colonias, desde las mujeres normalistas que enfrentaron al poder hasta quienes hoy en un aula multigrado resisten con un gis en la mano.
La historia de México no puede contarse sin el magisterio, y el futuro no puede construirse sin su consciencia. Qué ejemplo más claro que el de Rita Cetina, maestra yucateca, pionera del feminismo en México, que luchó para que las mujeres tuvieran acceso a la educación; que fue, además, maestra de Elvia Carrillo Puerto, la “Monja roja del Mayab”, quien dedicó su vida a lograr que las mujeres pudieran votar.
Por eso, este gobierno, el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, decidió poner el nombre de Rita Cetina a las becas universales para las y los estudiantes de educación básica, porque las condiciones materiales y económicas —como dice nuestra Presidenta— no pueden ser una barrera para el ejercicio pleno del derecho a la educación, porque la educación es un derecho y no un privilegio.
Por eso, el Programa —también— de Becas Benito Juárez y Jóvenes Escribiendo el Futuro, junto con Rita Cetina es el programa social con mayor número de beneficiarios en nuestro país y ya es un derecho constitucional.
El neoliberalismo atacó al magisterio con desprestigio, represión y precarización laboral.
El compromiso de ustedes ha trascendido el aula, expandiéndose a la organización comunitaria y a la transformación pedagógica, como hoy lo impulsa la Nueva Escuela Mexicana, que coloca en el centro a la comunidad y a los sujetos de la educación y promueve el codiseño curricular con base en los saberes docentes, así como la interculturalidad, la inclusión, la equidad, el pensamiento crítico, la vida saludable y la igualdad de género, filosofía y praxis pedagógica decolonial y emancipadora.
Con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se derogó la Reforma Educativa neoliberal, se eliminó la evaluación punitiva y se restableció una relación de respeto con el magisterio.
Agradecemos, maestras, maestros, su labor esencial en la construcción de la Nueva Escuela Mexicana. Gracias por transformar los Consejos Técnicos Escolares en comunidades de aprendizaje que ejercen su autonomía profesional docente, contextualizan los programas de estudio y promueven el trabajo colegiado.
Gracias también por sumarse a las estrategias que fortalecen el desarrollo integral de niñas, niños, jóvenes y adolescentes: “Vive saludable, vive feliz”; “Aléjate de las drogas, elige ser feliz”; la Estrategia Nacional de Lectura, la Promoción del Deporte y de la Educación Artística para formar estudiantes críticos, sensibles y comprometidos con su entorno.
Y aquí es muy importante el programa de La Escuela es Nuestra, porque permite la organización comunitaria para, de acuerdo a cada contexto, atender las necesidades más apremiantes en infraestructura de las escuelas.
Decía Torres Bodet que: “El maestro y la maestra no solo enseñan con inteligencia, sino con ejemplo. Como artistas, inspiran; como arquitectos, cimentan destinos; como médicos, cuidan el alma infantil; como abogados, defienden las causas justas”. Yo agregaría: son quienes despiertan vocaciones, iluminan almas y guían una patria en construcción.
Por eso, hoy lo decimos claro: si hay un magisterio organizado, lúcido, crítico, comprometido con su pueblo, la Transformación no va a retroceder, porque ustedes son la garantía de que la consciencia no se duerma otra vez; que la docencia no sea un mandato, sino un arte; que educar no sea disciplinar, sino liberar.
Como dijo Freire: “Enseñar no es transferir conocimiento, es crear posibilidades para su producción”.
Y ustedes han creado posibilidades donde parecía no haber nada; ahí donde la injusticia sembró silencio, ustedes sembraron palabras.
La Cuarta Transformación no olvida a quienes han sostenido a este país en los momentos más oscuros. Por eso, seguiremos construyendo con ustedes, con el cuaderno abierto, la conciencia alerta y la dignidad en pie.
Muchas felicidades a todas las maestras y maestros.
Gracias por su entrega, su ejemplo y su compromiso con el porvenir de México.
Muchas gracias.
MODERADORA: Hará uso de la palabra el maestro Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN, ALFONSO CEPEDA SALAS: Muy buenos días a todas y a todos.
Quiero, con mucho respeto, solicitar a la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo que podamos hacer todos los presentes un minuto de silencio. Ayer fallecieron ocho maestros en el estado de Puebla, que se dirigían a la ciudad capital a hacer trámites administrativos y sindicales:
Del nivel preescolar: la maestra Layma Labastida González.
De primarias: Liliana Gallardo Cazarez, Rosa Idalia Matías Regino, José Luis Rodríguez Martínez, Crimilda Matías Regino.
De secundarias generales: Carlos Villanueva Gutiérrez.
De educación especial: Ana Karen Ramos Balderas y Alma Martínez Atanacio.
Que en paz descansen.
(MINUTO DE SILENCIO)
SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN, ALFONSO CEPEDA SALAS: Muchas gracias.
Muy querida Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México.
Estimado maestro Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública.
Querida licenciada Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Gobernación.
Estimada doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Ciencia, Humanidades, Trabajo e Innovación.
Muy apreciados representantes de los maestros homenajeados en esta mañana.
Queridas maestras y maestros con 30, 40 o más años ejerciendo su magisterio con alegría, dignidad y orgullo.
Queridos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación presentes hoy:
Hoy es un 15 de mayo muy especial, es el primero que celebramos con la Primera Presidenta de México, cuyo gobierno tiene el más amplio apoyo popular y el más amplio respaldo del magisterio.
En esta ceremonia tan entrañable para nosotros ratificamos nuestra voluntad de seguir fortaleciendo la relación con el Gobierno de la República y reiteramos nuestro apoyo a toda política a favor del pueblo y de los trabajadores de la educación.
Gracias, muchas gracias a las maestras y los maestros de todos los niveles educativos de todas las regiones, pueblos, barrios y colonias. Gracias por su vocación, su solidaridad y entrega cotidiana. Gracias por hacer posible a lo largo y ancho del país cada día el derecho humano a la educación.
Gracias al Gobierno de la República, a los Poderes de la Unión, a los gobiernos estatales y municipales, por honrar al magisterio, por apoyarlo en sus tareas y sus demandas.
Gracias a las organizaciones de la sociedad.
A las madres y padres de familia.
Muy especialmente a todas y todos nuestros estudiantes, niñas, niños y jóvenes que honran a sus maestros aprendiendo, enriqueciendo su formación, persiguiendo sus sueños.
Gracias a cuantos hacen posible que el proceso educativo sea, por mucho, el más relevante, el que mayor aprecio social y consenso político tiene en nuestro país.
Cuando se instituyó el Día del Maestro, hace ya más de 100 años, México estaba apenas saliendo de su Revolución, de su tercera Transformación, iniciaba la reconstrucción nacional y se sentaban las bases del Estado mexicano.
No fue casual que se emitiera justo en aquel momento el decreto de reconocimiento y homenaje a las maestras y los maestros, convocándoles de esa manera a desempeñar un papel central en la construcción de la nueva etapa nacional que estaba iniciando; maestras y maestros que habían heredado los principios liberales de la Reforma del siglo XIX, la segunda gran Transformación del país.
Y habían participado en la Revolución abanderando sus ideales de justicia, libertad y progreso. Portadores de esos principios e ideales, se asumieron desde entonces como servidores del pueblo y aliados del Estado.
Estado y magisterio, convergieron para hacer de las escuelas públicas el lugar estratégico para la relación entre la sociedad y sus instituciones; y en muy buena medida, a partir del trabajo magisterial, en el principal espacio para el desarrollo de las comunidades.
Muy apreciada, muy apreciada Presidenta de la República:
Este día, además de reconocer al magisterio, se reconoce el valor de la educación y la escuela pública, que son la principal plataforma para promover el desarrollo nacional. Por eso, reafirmamos nuestro compromiso con su defensa y su fortalecimiento permanente; con su gobierno, la escuela pública y el magisterio vuelven a ser centrales en una nueva etapa de la historia nacional.
Lo decimos con orgullo: Apoyamos el Segundo Piso de la Cuarta Transformación que impulsa un gobierno que reconoce nuestra labor, que ve a las maestras y maestros como protagonistas esenciales de dicha transformación.
Nuestra alianza con el Estado mexicano y su gobierno está basada en principios, la educación y los servicios educativos como un derecho humano, la escuela como espacio de igualdad, la defensa de la educación pública en bien del pueblo, el respeto a los derechos de los trabajadores de la educación.
Compartimos igualmente la visión sobre la educación como el medio más importante para apoyar el progreso económico y el desarrollo social, político, científico, económico, tecnológico y cultural de nuestro país.
El gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum es un gobierno que dialoga, que escucha, que respeta los derechos del magisterio y que entiende que solo con maestras y maestros socialmente valorados, vinculados al pueblo y respaldados por su gobierno es posible una Nueva Escuela Mexicana.
Por nuestra parte, impulsamos una educación inspirada en el Humanismo Mexicano, comprometida con los objetivos de la República Educadora y Científica que promueve su gobierno.
Queremos reconocer, igualmente, los esfuerzos que realiza su gobierno para mejorar las condiciones de vida y profesionales de las trabajadoras y trabajadores de la educación.
Estimadas compañeras y compañeros, maestros, funcionarios públicos, equipo de trabajo de nuestra Presidenta y del maestro Mario Delgado:
En el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación la pluralidad de ideas y la democracia sindical son valores que ejercemos de manera permanente. La unidad sindical es un principio irreductible, nos cohesiona la representación de la base trabajadora para la defensa y reivindicación de sus derechos e intereses de clase.
Luchamos, claro, por mejores condiciones de vida, por más y mejores prestaciones económicas, de salud y de seguridad social, de actualización y superación profesional, pero luchamos también por el bienestar y el progreso del pueblo, por la educación de todas y todos los mexicanos. Trascendemos la representación laboral para participar en la consolidación de un proyecto nacional popular, con un claro sentido de justicia a favor de los que menos tienen.
Como parte de nuestra pluralidad, hay dentro del Sindicato expresiones que, desde la urgencia o la presión, proponen caminos distintos a los que nuestras bases nos señalaron en la consulta nacional para conformar el pliego nacional de demandas que entregamos, el 4 de febrero, al maestro Mario Delgado Carrillo.
A las compañeras y compañeros que impulsan medidas como el paro de labores, les decimos, con respeto, pero con firmeza: Entendemos su indignación, coincidimos con sus demandas, pero no compartimos sus métodos de lucha, ¿por qué?, porque afectar a nuestros estudiantes, más que una medida de presión sobre el gobierno, es más una herida a nuestras comunidades educativas.
Nosotros creemos en la fuerza de la organización, no en la imposición; creemos en el diálogo estratégico, no en la confrontación. Cuando negociamos no claudicamos, transformamos.
Cada conquista en la mesa de diálogo, desde aumentos salariales y en prestaciones, desde condiciones laborales como la basificación, hasta el retiro de la iniciativa de reforma del ISSSTE son prueba de ello.
Este Sindicato se construyó con pluralidad y unidad. Las diferencias no deben dividirnos, sino hacernos mejores.
Queridas maestras y maestros que hoy reciben las medallas “Rafael Ramírez” e “Ignacio Manuel Altamirano” por alcanzar 30, 40 y más años de servicio:
En nombre de su Sindicato, les expreso nuestra más sentida felicitación y nuestra admiración más grande por su amor a México, por su entrega incondicional a la educación, por haberle dado lo mejor de ustedes a cada generación de estudiantes que han pasado por sus aulas.
Todas y todos ustedes han enaltecido la tarea de educar. Ustedes son, sin duda, parte de lo mejor que tiene nuestro país; son orgullo de sus familias, de sus estudiantes y de su Sindicato, desde luego.
Ustedes son ejemplo del trabajo patriótico del magisterio, han participado en la formación de profesionistas, médicos, enfermeras, ingenieros, directivos, abogados, científicas y maestras, trabajadores del campo y de la ciudad. Y si eso no fuera suficiente, además, ayudaron a construir el país moderno y democrático que somos ahora.
Cómo no agradecerles, cómo no exaltar su profesión, su vida y su memoria.
Muchas, muchísimas felicidades a ustedes, sus familias, a sus alumnos y a sus colegas.
Que tengan hoy un gran día, un día colmado de reconocimiento y cariño. Que sigan renovando cada día su orgullo de ser maestras y maestros.
Muchas gracias por su atención.
Felicidades.
MODERADORA: Hará uso de la palabra la maestra Marisela Corona Sánchez.
MAESTRA DEL ESTADO DE HIDALGO, MARISELA CORONA SÁNCHEZ: Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México.
Distinguidas y distinguidos miembros del presídium que le acompañan en esta ocasión.
Muy apreciadas compañeras y compañeros maestros que hoy reciben un justo y merecido homenaje.
Señoras y señores:
Comparto con todos ustedes mi profunda emoción por estar el día de hoy, como parte del grupo de maestras y maestros que acudimos a este evento de reconocimiento por los años de servicio que hemos trabajado en la docencia.
Soy maestra originaria del estado de Hidalgo, entidad donde se estableció la primera misión cultural en el país en 1923, proyecto educativo que transformó las comunidades rurales a través de la educación, la cultura, la técnica, el deporte y la salud.
Hidalgo, al igual que Puebla, hace 6 décadas iniciaron los cursos de capacitación a jóvenes hablantes de lenguas originarias, dando paso a la creación de la educación indígena que en mucho ha contribuido a la igualdad de oportunidades de las y los estudiantes de nuestros pueblos originarios, con pleno respeto a su identidad cultural y como una forma de justicia social.
Cabe recordar esta historia, precisamente en este año, el Año de la Mujer Indígena.
En este 2025, cumplo 40 años de laborar en escuelas de educación primaria rural y secundaria de mi querido estado. Hasta el año 2013 me desempeñé como docente frente a grupo.
Actualmente, tengo el alto honor de ser directora de la Secundaria General “Josefa Bustamante”, en mi pueblo Zimapán, tierra minera, Pueblo Mágico y donde orgullosamente hay presencia de las lenguas hñähñu y náhuatl que hablan mis antepasados. Durante estos años de trabajo educativo también he tenido el privilegio de haber laborado con niños hablantes de estas lenguas originarias, lo que ha significado un gran compromiso.
A lo largo de estas 4 décadas, la de la voz, y ustedes, compañeras y compañeros maestros, hemos sido testigos de los grandes cambios que han ocurrido en el mundo, el rápido desarrollo de la tecnología, así como de los graves problemas que representan el aceleramiento inédito del cambio climático y el fenómeno de la globalización económica, dinámica trascendental que ha impactado significativamente la forma en la que vivimos, trabajamos y nos relacionamos, exigiendo mayor preparación para hacer frente a los retos y desafíos que representan.
Y en medio de esta acelerada dinámica, la educación se fortalece y se sigue apreciando como el camino más justo y democrático para que el ser humano logre adquirir todas las herramientas que necesita a efecto de alcanzar su pleno desarrollo, personal y social.
A lo largo de mi trayectoria, dos han sido las principales experiencias que me han marcado como maestra: mi formación dentro de la escuela normal, y el valor y aprecio de mis alumnos y exalumnos que han hecho de mi trabajo.
Tenía 15 años cuando ingresé a la Escuela Normal, donde recibí una preparación que daba la misma importancia a la formación académica que a la gran responsabilidad, compromiso que implicaba el ser maestra como facilitadora del aprendizaje, pero, más que nada, como guía y ejemplo de nuestras alumnas y alumnos.
Hoy, con la política educativa que impulsa el Gobierno de México y nuestra Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, la Nueva Escuela Mexicana se convierte en una estrategia de desarrollo para los pueblos y de transformación para el país.
Por eso, con vocación y servicio, las maestras y los maestros impulsamos este proyecto con enfoque crítico, humanista y comunitario, para formar estudiantes con una visión integral de personas capaces para conducirse como ciudadanos autónomos, con una perspectiva humanística y crítica, a fin de construir su propio futuro en sociedad. Tal enfoque se sustenta en el principio de que la transformación se logra esencialmente con la educación.
Señora Presidenta de la República:
A nombre de quienes hoy tenemos el privilegio de participar en este evento, expresamos el mayor reconocimiento y gratitud por todo el esfuerzo de su gobierno para cumplir sus compromisos; entre ellos, reconocer y dignificar el trabajo de las maestras y maestros.
El extraordinario pedagogo Paulo Freire expresó: “La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.
Con la venia de mis compañeras y compañeros, los formadores de generaciones de niños y jóvenes mexicanos, me permito expresarle lo siguiente:
Seguiremos trabajando con pasión para modelar el nuevo rostro de la nación con personas íntegras, responsables y comprometidas con el bienestar de sus familias y comunidades. El pueblo de México nos lo demanda y así lo estaremos haciendo.
Muchas gracias.
MODERADORA: En este momento, la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, hará entrega de la condecoración “Maestro Manuel Altamirano” a maestras y maestros galardonados.
Reciben condecoración “Maestro Manuel Altamirano” por 40 años o más de servicio docente de los estados de:
Aguascalientes, maestra María Esther Cruz Franco.
Baja California, maestro Gabriel Antonio Mazas Tovar.
Baja California Sur, maestro Héctor Daniel Loreto Morales.
Campeche, maestra María Catalina Mendoza Ruiz.
Coahuila, maestra Alma Idalia Siller Morales.
Colima, maestra Adriana González Velasco.
Chiapas: maestro Cándido César Albores Toledo; maestra Reyna Gálvez Guzmán.
Chihuahua, maestro Óscar Tello Acuña.
Ciudad de México, maestra María del Socorro Niño Ibarra.
Durango, maestro Víctor Manuel Rocha Núñez.
Estado de México: maestra Josefa Granados Carbajal; maestro Julián Quintal García.
Guanajuato, maestra Adriana Gutiérrez Meza.
Guerrero, maestro Isidro Alarcón Beltrán.
Hidalgo, maestra Marisela Corona Sánchez.
Jalisco, maestra Socorro Santana Rubio.
Michoacán, maestro Rubén Valencia Téllez.
Morelos, maestra Margarita Escalante Carrillo Librada.
Nayarit, maestro Víctor Cuervo Salvador.
Nuevo León, maestra Laura Hercilia Lozano García.
Oaxaca, maestra Nora Patricia Santos López.
Puebla, maestro Fortino Acatitla López.
Querétaro, maestra María del Carmen Mónica Campuzano Vázquez.
Quintana Roo, maestro José Luis García Melgarejo.
San Luis Potosí, maestra María Guadalupe Morín Lucio.
Sinaloa, maestro José Efraín Cerritos Velázquez.
Sonora, maestro Alberto Duarte Vargas.
Tabasco, maestra Zoila Estrella Graniel Sierra.
Tamaulipas, maestro Saúl Acosta Guerrero.
Tlaxcala, maestro Nahum Felipe Hernández López.
Veracruz, maestra Leyla Hernández Pitalúa.
Yucatán, maestra María de la Paz Vélez Chan.
Zacatecas, maestra Anita Ortiz del Río.
De la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial, maestra Maricela Flores Carro.
Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria y Ciencias del Mar, maestro Marco Reyes Martínez.
Dirección General de Centros de Formación para el Trabajo, maestra Alicia Luna Hernández.
Del Tecnológico Nacional de México, la maestra María del Rosario Lara Delfín.
Del Instituto Politécnico Nacional, la maestra María del Pilar Villanueva Jasso.
Y de la Universidad Pedagógica Nacional, la maestra María de los Ángeles Valdivia Dounce.
Brindemos nuevamente un aplauso a las maestras y maestros galardonado